Sí, de la MENTIRA al ABANDONO. Son las consecuencias que puede provocar una mentira… una difamación.
A veces la gente miente por despecho, otras por envidia, otras por temor. Pero lo que sí es seguro es que nunca, nunca, se paran a pensar las consecuencias que van a provocar.
Cada persona reacciona de una forma diferente ante la mentira. Pero lo que está claro es que para nadie es grato ser el difamado.
Normalmente, son falsos testimonios levantados desde la ira más profunda y escondiendo la cabeza debajo del ala como las avestruces.
No son conscientes de que pueden hacer mucho daño o, incluso, destrozar una vida. ¿O sí lo son?
Luego está la parte del difamado… si decide gastar energía en defenderse y justificarse o no. Éso cansa demasiado.
Pero ¿y al que va disparada como un dardo esa mentria? Si es una persona entera no se lo cree porque se limitará a escuchar su corazón. O incluso su alma.
Pero quien duda hasta de su propia sombra se lo cree todo incluso sin pruebas. Y éso es lo más lamentable, porque sin saberlo están ayudando al mentiroso a conseguir su objetivo: difamar a un inocente.
La actitud correcta sería intentar recabar pruebas sobre el comentario recibido hasta descubrir si es verdad o mentira y no darlo por cierto a la primera. Y menos si esa información viene de alguien que ni tan sólo conocemos personalmente.
Supongo que el que se lo cree sin cuestionarse nada más no lo hace con mala intención, pero estará contribuyendo a la intención del difamador de intentar hundir a alguien.
No seamos crédulos en exceso, pero tampco confiados en exceso. Escuchemos qué nos dice nuestro corazón, qué nos dice nuestra alma. Seguramente nos dirán la verdad. Sólo debemos prestarles un poco más de atención de lo acostumbrado.
No provoquemos el abandono hacia nadie…
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