La selenita (en griego, selēnē, ‘luna’) es una variedad del mineral yeso (sulfato de calcio hidratado, CaSO4·2H2O) en forma de cristales transparentes o de masas cristalinas.
Se llama así porque, según una leyenda de Europa Central, los cristales se forman en luna creciente. Se pueden encontrar cristales de selenita enormes en geodas o rocas huecas.
Las planchas extensas y transparentes de selenita pueden dividirse en placas transparentes muy finas que, en la antigüedad, sustituían al vidrio; estas placas eran llamadas en la Antigua Roma lapis specularis. Hoy, la selenita se extrae de canteras y se usa como yeso corriente.
Dado que es una variedad del sulfato de cal, es sulfato de calcio hidratado, es un mineral muy común en rocas sedimentarias.
Es incolora, blanca, a veces con lustre perlado o satinada, con muchas tonalidades.
Está asociada al agua, el componente más presente en su estructura.
La selenita es uno de los primeros minerales en formarse por la evaporación de agua marina en los lagos y mares cerrados.
Metafóricamente podríamos decir que la selenita es una extraordinaria «sal de la tierra».
Muestra una transparencia especial, glacial, fina, estriada y muy delicada.
Se distingue de los demás minerales por su suavidad.
Puede rascarse con la uña.
La mayor parte de los cristales de selenita son estriados. Las largas líneas sobresalientes en toda su longitud animan y canalizan una energía de alta frecuencia a través del cuerpo entero del cristal.
Se la encuentra en Turquía, Austria, Francia, Nuevo México, EE.UU y Chile.
Poderes y virtudes:
Aporta claridad mental
Abre el chacra coronario
Alinea la columna vertebral
Fomenta la flexibilidad
Protege de ataques epilépticos
Neutraliza el envenenamiento por mercurio de las amalgamas dentales
Invierte los efectos de los radicales libres
Es excelente para amamantar y alimentar a un niño
Sus mejores curaciones son a nivel energético
Da acceso a la conciencia angélica, al guía superior, vincula con el cuerpo de luz y permite conectar con otras vidas
Infunde una paz profunda
Es excelente para el trabajo espiritual y para la meditación
Dentro de casa aporta protección y asegura una atmósfera pacífica
Resulta muy útil para comprobar el progreso realizado
Indica las lecciones y problemas sobre los que aún se esta trabajando
Puede usarse para la lectura psíquica
Potencia el juicio y la comprensión
Limpia la confusión
Ayuda a ver el cuadro más amplio
Aporta una comprensión consciente de lo que ha estado ocurriendo a nivel subconsciente
Es una poderosa dispersadora y estabilizadora de las emociones erráticas
La selenita es luz líquida, y las estrías las sendas para la sustancia luminosa del espíritu. Establece un puente para que las frecuencias más elevadas del espíritu y de la luz puedan manifestarse en los planos más sutiles de la materia.
También puede emplearse para aclarar estados mentales problemáticos o confusos.
En sus finas estrías se cuentan historias y registros almacenados intencionadamente por magos y alquimistas, cuando su existencia se veía amenazada.
En los oscuros tiempos en que se les juzgaba como herejes y se les quemaba como brujos, optaron por guardar los secretos alquimistas y sus fórmulas químicas, sus conocimientos y sabiduría en los cristales de selenita; con la esperanza de que un día alguien sintonizara con ello.
Usada en meditación, o colocada en la parte superior de la cabeza, la selenita efectúa un hermoso trabajo de luz y transformación.
Las personas sensitivas las pueden utilizar para comunicarse telepáticamente, teniendo la capacidad de recibir y enviar información. Por esta razón, se la llama «Piedra Teléfono».
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