La celebración del solsticio de verano, es tan antigua como la misma humanidad.
En un principio se creía que el sol no volvería a su esplendor total, pues después de esta fecha, los días era cada vez más cortos. Por esta razón, en la víspera del pleno verano se iniciaban fogatas y ritos ,estos tuvieron diferentes nombres,pero a la llegada del cristianismo y al darse cuenta que era imposible extirpar estos ritos pagános,decidieron llamarla con un nombre cristiano «NOCHE DE SAN JUAN».
La noche del 23 al 24 de junio es la más corta del año, justo en pleno solsticio de verano. Este hecho ha provocado que desde siempre se la considere una noche mágica.
En la tradición pagana europea, era un acto de purificación: el iniciado debía limpiar su espíritu durante la noche del día 23 de junio, valiéndose del humo y el rocío, para recibir sobre su cuerpo desnudo los primeros rayos del sol del día 24.
Es época de gratitud por las cosechas , más horas de sol y tiempo para la diversión y de pedir por la fecundidad de la Tierra y de los hombres.
Se dice que se abren las puertas a la dimensión mágica: hadas, duendes, dragones, brujas,… campan a sus anchas a la luz de la Luna y atraídos por la luz de las hogueras.
Esta es una fecha rodeada de leyendas en las que aparecen grutas fantásticas, castillos encantados, ciudades perdidas, antiguos tesoros, seres de fábula, maldiciones y bendiciones de todo tipo. Es una noche llena de supersticiones y rituales, en que los entierros arden, el Diablo anda suelto y los campos son bendecidos.
La Noche de San Juan, se caracteriza por la multitud de hogueras que iluminan la noche. Los ciudadanos arrojan a la hoguera antes de su encendido pequeños objetos, conjuros, deseos etc.
ARGENTINA
La noche de San Juan se celebra el 21 de junio, fecha en la cual ocurre, (a la inversa que en Europa) el solsticio de invierno, durante tal fecha se encienden fogatas (muchas veces denominadas fogaratas) en los barrios o pueblos, en torno a tales fogatas se reúnen principalmente niños y jóvenes; ha sido tadición cocinar batatas o boniatos en las mismas y también saltar sobre tales fogones.
BOLIVIA
Tradicionalmente se realizaban fogatas familiares en las cuales se quema (atizaban) muebles y cosas viejas de madera que se reunían a lo largo del año anterior, este acto representaba quemar, deshacerse de lo viejo para dar paso a lo nuevo. Así se renovaba lo material y lo espiritual,También se disfrutaba de un ponche caliente o un sucumbé, esta última bebida hecha con singani (agua ardiente de uva) y leche calentada al fuego, ya que en Bolivia se tiene al 23 de junio como la noche más fría del año. Los niños juegan con fuegos artificiales. Los jóvenes y los adultos bailan y saltan la fogata.
PARAGUAY
En la noche del 23 se reunen los vecinos para participar en algunos juegos como la “pelota tatá,” una pelota de trapo embebida en petróleo o kerosén. La pelota se enciende y se convierte en un balón de fuego que circula entre la muchedumbre y a la que la gente le da puntapiés para tratar de alejarlo. El “tatá ári jehasa”: Significa pasar descalzo caminando sobre aproximadamente 5 metros de brasas.Para jugar al “toro candil,” alguien se viste con un casco en forma de cabeza de toro con cuernos en llamas y corre entre la multitud pretendiendo ser toro.
CHILE
Cada año, en el solsticio de invierno, en distintas localidades rurales se celebra la Noche de San Juan; fiesta que concentra toda la magia, mitos, leyendas y secretos campesinos que conforman los misterios de la sabiduría popular.
Hermanada a esta festividad, el pueblo MAPUCHE el día 21 de junio, celebra su Wetripantu, Año Nuevo con rituales de renovación y purificación, invocando la fecundidad de la tierra germinada.Cada 23 de junio se celebra en los campos chilenos la noche de San Juan, en la víspera del día de este santo. Se trata de una festividad presente tanto en Chile como en otros países de Latinoamérica, asociada a la vigilia de «la noche más larga del año». Una velada en la cual la magia, los secretos, leyendas y misterios de la tradición campesina se manifiestan como nunca. Quien realice con fe las «pruebas de San Juan» obtendrá muchas respuestas.