Situarse en una habitación retirada en completa soledad, con las puertas y ventanas cerradas, a la luz tenue de una vela blanca, en una mesa cubierta con un mantel blanco, sentados mirando al este, en el primer día de luna creciente, a la hora de Júpiter.
Después de haberse lavado las manos y puesto, a ser posible, ropa blanca, se esparce en forma de sahumerio un poco de esencia zodiacal que corresponda al día del nacimiento del oficiante.
Tomando el mazo de completo de cartas, se pasan una a una colocándolas por orden numérico y con el anverso hacia arriba.
Unidos los dedos pulgar e índice de cada mano, con las palmas hacia abajo a unos dos cm. de las cartas. Se tendrán así unos dos minutos, guardando la más completa pasividad mental posible, con los ojos cerrados, respirando profundamente por la nariz y con los codos pegados al cuerpo.
Pasados estos minutos se barajan las cartas durante otros dos o tres minutos, se coloca el mazo hacia abajo y se ponen, nuevamente, las manos como anteriormente y transcurridos esos minutos se deberán barajar de nuevo.
Se vuelve a repetir, pero esta vez con el anverso hacia arriba.
Concluido el ritual de consagración de las cartas, éstas deberán envolverse en un cuadrado de tela de seda violeta y se dejarán reposar, guardadas entre nuestras pertenencias, durante 7 días después de los cuales ya podrán ser utilizadas.
© Morganna Barcelona.